En pregúntale a César una mujer llamó buscando solución para una amiga que no se ha podido separar del marido porque la religión no se lo permite.
Imagina tener una vida bien infeliz y desdichada al lado de una persona que no te quiere, ni te respeta, pero sigues ahí por culpa de un mandato de tu religión, que no te deja divorciarte. ¿Qué harías?