Aunque parezca extraño existen personas que les encanta el arte llevar la contraria y comenzar insufribles discusiones, pero tambien hay personas que adoptan la posición de no contrariar. Consecuencias de cada uno de estos extremos.
Una cosa es que no quieras pelear o discutir y otra cosa es reprimirte por no haber hablado. Alejandra Espinosa, psicoterapeuta, nos platica sobre los daños para la salud mental, de estar en cada uno de estos extremos.